domingo, 13 de marzo de 2016

UNA ESPAÑOLA GANA UN CONCURSO DE IKEA CON UNA NOVEDOSA TABLA CON CAJÓN INCORPORADO


La ferrolana Ángela Castro, residente en Madrid, con la tabla ganadora

Un concurso internacional con más de 600 propuestas de la gran multinacional de menaje del hogar, la sueca IKEA. Entre los candidatos estaba una gallega, la ingeniero técnico naval Ángela Castro Díaz (Ferrol, 1979), que reside en Madrid y había presentado nada menos que 19 ideas, de las que seis fueron finalistas en España y una consiguió ser la ganadora, como cuenta el periódico La Voz de Galicia.
El reto era diseñar objetos que no existieran en el mercado y que fueran útiles en la vida diaria y se podía presentar cualquier trabajador de la multinacional. Ángela consiguió imponerse.
Lo hizo con un útil de cocina que venía necesitando desde hacía tiempo: una tabla para cortar con un cajón incorporado donde depositar los restos. «En viviendas pequeñas como la mía no hay mucho espacio para los cubos de basura, por lo que los tengo en la terraza. Cada vez que pelo patatas o corto verduras tengo que ir con los restos en las manos hasta la terraza, siempre se cae algo al suelo y acabo manchando todo», explica.
No solo ganó ella. Hubo además cuatro vencedores: tres canadienses -uno de Montreal y dos de Toronto- y una portuguesa. El premio para los cinco fue un viaje a Suecia de una semana a la provincia donde se fundó la corporación Ikea, Smâland. Allí pudieron ver los prototipos de sus diseños. Sin embargo, la idea de Ángela tendrá que tener alguna modificación, sobre todo porque la silicona inyectada pensada para la de prueba es bastante cara.

jueves, 10 de marzo de 2016

EL DUEÑO DE IKEA VISTE ROPA DE SEGUNDA MANO Y COME YOGURES A PUNTO DE CADUCAR

Un documental del canal sueco TV4 desvela la vida de Ingvar Kamprad en la ciudad de Älmhult desde que en 2011 abandonó la suiza Lausana

El supermercado de la localidad sueca de Älmhult es como el que puede haber en su barrio. Tamaño medio, bien organizado, un pescadero simpático que en lugar de llamarse Paco se bautizó como Lars, y unos carteles llamativos que te informan de las ofertas del día. Hoy, el salmón, a nueve euros el kilo. Pero en el de esta localidad del sur de Suecia de apenas 9.000 habitantes ocurre algo que seguramente no pasará en su súper de barrio: aquí compra a veces, y en persona, Ingvar Kamprad, el multimillonario fundador de IKEA. Kamprad, que en unos días (el 30 de marzo) cumple 90 años, vivía hasta hace unos años en Lausana (Suiza). Pero en 2011 murió su mujer y poco después regresó a casa, a Småland, sur de Suecia. Muy cerca de allí está Älmhult, donde se mantiene la sede de una empresa que él fundó en 1943.
Al veterano empresario le gusta pasear por los bucólicos bosques que rodean Älmhult y aprovecha para saludar a alguno de los 4.000 trabajadores (casi la mitad del pueblo) que trabaja directa o indirectamente para Ikea. Y, claro, compra en el súper del pueblo. Cuando llega al estante de los lácteos, Kamprad mira con sus ojos cansados la fecha de caducidad de los productos. Y compra los brick de leche y los yogures que están a punto de desperdiciarse. "Le parece intolerable que se tiren los alimentos y las cosas que todavía pueden tener un uso", informa un concienciado trabajador del establecimiento. Cuando llega al estante de los lácteos, Kamprad mira con sus ojos cansados la fecha de caducidad de los productos. Y compra los brick de leche y los yogures que están a punto de caducar. Esta filosofía del fundador es la que lleva transmitiendo a sus empleados todos estos años. Algunos podrán pensar que es tacañería. No lo ven así en el pueblo. “No creo que sea tacañería. Se trata de ser conscientes de los costes. Somos gente generosa, pero no queremos pagar más de lo necesario”, comenta Marcus Engman, 50 años, Director Global de Diseño de Ikea. Ese lado más humano (y ahorrativo) de Kamprad es una de las facetas en las que incide el documental que en breve se estrenará en la televisión sueca y que ha sorprendido a quienes ya han tenido la oportunidad de verlo.
Ingvar Kamprad cumplirá 90 años en los próximos meses.
Es la otra cara de este empresario cuya fortuna se estima en 64.000 millones de euros —en 2006 la revista Forbes lo situó en el cuarto puesto entre los hombres más ricos del mundo— y que, sin embargo, viste de mercadillo. “No creo que haya una sola prenda de las que me pongo que no haya sido comprada en un mercadillo de segunda mano. Eso significa que quiero dar buen ejemplo”, dijo al canal TV4 de su país. Tampoco es partidario de derrochar en peluquería, sobre todo desde que, según reveló, una factura de 22 euros por un rapado en Holanda le trastocó el presupuesto. Desde entonces usa un mapa del mundo para elegir peluquero. “Normalmente me corto el pelo cuando estoy en un país en desarrollo. La última vez fue en Vietnam”, explica. No creo que haya una sola prenda de las que me pongo que no haya sido comprada en un mercadillo de segunda mano. Eso significa que quiero dar buen ejemplo", dice Kamprad. Hasta hace muy poco, cuando le convencieron de que por su edad debía dejar de conducir, seguía poniéndose al volante de su Volvo 240 de 1993 (robusto y duradero) y en una ocasión le negaron la entrada a una entrega de premios porque vieron que se bajaba de un autobús. En avión, prefiere viajar en clase turista. Es de los que se hace sus cuadernos con folios usados que aún tienen una cara en blanco (¡las selvas del mundo se lo agradecen!) y ha sido visto llevándose sobrecitos de sal y pimienta de los restaurantes. Actualmente ha dado un paso atrás y son sus hijos (tiene cuatro) quienes están al frente de la empresa. No obstante, su sello en Ikea sigue vigente. Los empleados de la compañía de venta de muebles se rigen por un código de conducta —lo llaman la “Biblia de Ikea”— que decreta, entre otras cosas, que “malgastar recursos en un pecado mortal” y “uno de los mayores males de la humanidad”. Podría decirse que Kamprad y su empresa es uno (el nombre de la compañía contiene sus iniciales y las de su lugar de nacimiento). Así que la próxima vez que contemple una asequible estantería Billy o un plato de albóndigas a tres euros, piense que quizá son algo más que estrategias de mercadotecnia.

miércoles, 9 de marzo de 2016

VÍA LIBRE A BAUHAUS Y DECATHLON PARA QUE SE INSTALEN YA JUNTO A LA TIENDA IKEA DE ALFAFAR

Bauhaus tendrá 13.500 m2 de superficie, supondrá una inversión de 32 millones de euros y dará empleo a entre 220 y 250 personas
Bauhaus y Decathlon ya cuentan con la licencia medioambiental para poder empezar a construir sus naves junto a IKEA en Alfafar Parc. Un permiso que estaba pendiente desde el pasado verano y que ha hecho peligrar el asentamiento de estas dos empresas en la zona donde la mercantil sueca abrió sus puertas en 2014, informó el periódico Levante en su edición del martes.
Según fuentes municipales, esta aceleración en la tramitación de la licencia medioambiental ha sido posible gracias a una nueva ley promulgada el pasado diciembre que delega las competencias medioambientales a los ayuntamientos. Hasta ahora era competencia de la Comisión Medioambiental del Consell, y fue precisamente el retraso en su formación debido al cambio de gobierno y del reparto de las carteras, lo que había paralizado el trámite.
Tras mucho insistir y después de esta nueva ley de diciembre, el consistorio que preside Juan Ramón Adsuara (PP) ya ha informado a Bauhaus y Decathlon que ya cuentan con el permiso medioambiental correspondiente. Además, en el último pleno extraordinario se aprobó la licencia de movimientos de tierra.
Parcelas de Alfafar donde se instalarán Bauhaus y Decathlon.

Se espera que en los próximos días Bauhaus empiece a trabajar sobre las parcelas B1 a B7 y Decathlon sobre la E-F del centro comercial de Alfafar. Mientras, los técnicos municipales han solicitado a ambas empresas su proyecto de tienda para poder estudiarlo y, si no presenta ninguna irregularidad, poder tramitar la licencia de obra, último paso ya para poder instalarse e inaugurar las tiendas al final de 2016, tal como estaba previsto.
Bauhaus tendrá 13.500 m2 de superficie, supondrá una inversión de 32 millones de euros y dará empleo a entre 220 y 250 personas, según ha asegurado la empresa. En cuanto a Decathlon, con el traslado a esta nueva ubicación al lado de IKEA, la tienda de deportes que ahora está situada apenas unos metros junto al lado de Leroy Merlyn, gana 3.000 metros de superficie y obtiene 4.000 plazas de aparcamiento.