El periodista Víctor M Osorio publicó el sábado 29 de abril en el diario económico Expansión un extraordinario trabajo sobre la relación de IKEA con sus proveedores. La multinacional cuenta con una red mundial de 50.000 proveedores que, en algunos casos, tienen a la empresa como único cliente. "IKEA es muy exigente, pero nadie ofrece a esos volúmenes de compras", aseguran sus socios españoles. Un buen ejemplo es la firma valenciana Cotoblau que cuando empezó a trabajar con IKEA tenía 4 empleados y facturaba
1,2 millones; ahora son 160 personas e ingresa 24,2 millones, el 60%
gracias a la firma sueca. "Trabajar con ellos te da prestigio porque
significa que ofreces calidad a precios muy competitivos", señala Càndid Penalba su director general.
Henrik Elm, director de Compras y Logística de IKEA, sube al escenario y empieza a lanzar mensajes. "Debemos hacer productos de más calidad"; "necesitamos llegar a más personas"; "tenemos que ser más eficientes"... Pero, sobre todo, repite una idea: "Hay que reducir costes y ofrecer precios más bajos". Si estuviéramos en otro lugar y habláramos de otra empresa, la exigencia del directivo podría hacer pensar en un público temeroso o escéptico, pero su discurso acaba en aplausos y el clima es de optimismo. Bienvenidos al encuentro anual de proveedores de IKEA.
La multinacional ha celebrado esta semana la reunión con sus socios en su sede de Älmhult (Suecia). En la sala cerca de 600 personas, representando a 175 proveedores de 32 países. Y para todos ellos IKEA no es un cliente, es el cliente. "Tienes que ofrecer costes bajos, calidad, sostenibilidad... Lo quieren todo, son muy exigentes, pero a cambio son serios y pagan con una puntualidad escandalosa para los estándares españoles", dice Jaume Burgell, director general de Fluvitex, firma española presente en el encuentro.
Fluvitex es una compañía catalana creada en 2012 por el Grupo Masías para trabajar en exclusiva con IKEA.La firma se presentó a un concurso para una fábrica de relleno de almohadas, cojines y nórdicos, y ganó. La planta, en el centro de IKEA en Valls (Tarragona), supuso una inversión de ocho millones. Cuatro años después, Fluvitex emplea a 130 personas y hace 7,5 millones de almohadas y 1,7 millones de nórdicos al año. En 2015, facturó 31,3 millones. "Hasta nos ponen nota, pero nadie te ofrece unos volúmenes como ellos", sostienen.
El volumen de pedidos es también clave para Càndid Penalba, director general dela firma valenciana Cotoblau. "Contacté con ellos hace 15 años. Les llamé, insistí y hasta que conseguí el primer pedido, un protector de colchón, pasaron tres años. Entrar en IKEA es difícil, pero el esfuerzo merece la pena. Trabajas con márgenes estrechos, pero el volumen lo hace rentable. No hay un socio mejor".
Los datos corraboran sus palabras. Cuando Cotoblau empezó a trabajar con IKEA tenía cuatro empleados y facturaba 1,2 millones; ahora son 160 personas e ingresa 24,2 millones, el 60% gracias a la firma sueca. "Trabajar con ellos te da prestigio porque significa que ofreces calidad a precios muy competitivos", señala.
SPBerner (productos de plástico), Gufresco (naranjas), Froggies (materiales educativos) o Defesa (reciclaje de papel) son otros de los cerca de 2.000 proveedores españoles de IKEA. Su dependencia de la firma es alta, al igual que ocurre con la mayoría de sus proveedores, como pudo verse esta semana en Älmhult: Aviva, una firma rumana que hace encimeras, debe el 70% de sus 70 millones de facturación a IKEA; la italiana Plastitermica, responsable de la silla Odger, factura 74,5 millones, el 85% gracias a los suecos; las ventas de la china Happy Arts & Craft, que elabora una cocina de juguete para IKEA, superan en seis veces la previsión inicial...
Los proveedores son los responsables de entre el 85% y el 90% de los productos que se venden en Ikea. El resto se produce en las 41 fábricas que la firma tiene por el mundo. Ikea Industry, como se llama la filial encargada de la producción propia, emplea a 19.000 personas y sólo fabrica aquello a lo que puede dar un valor añadido. Un ejemplo es la factoría sueca de Hultsfred, donde se hacen cada año 2,6 millones de armarios PAX con apenas 150 empleados. "Fabricar en Suecia es rentable porque estamos muy automatizados. Nuestra misión es maximizar la calidad y reducir costes cada año", señala el director de la planta.
El encuentro con proveedores sirvió a IKEA para lanzar varios mensajes sobre su estrategia. "2017 es un año de retos. El retail es cada vez más competitivo y tenemos que ser agresivos en nuestra política de precios bajos, algo que está en el ADN de la compañía", señaló Jesper Brodin, director de Suministro de IKEA.
La compañía, que este año debuta en India y tiene "apetito por crecer", hará "cuatro lanzamientos de impacto para la firma hasta 2020", según expuso otro de sus directivos, Peter VanDer Poel, que desgranó alguna de las líneas de su plan de negocio: renovar algunas de sus principales familias de producto, aumentar el liderazgo a través de una mayor oferta a precios más bajos o desarrollar el caudal innovador de la firma a través de la co-creación con sus proveedores.
El objetivo sobre la mesa es aumentar las ventas un 8% en el ejercicio, respecto a los 36.400 millones que Ikea facturó en su último año fiscal a través de sus casi 400 tiendas.
Por su parte, Henrik Elm, el director de Compras y Logística, fue el encargado de ponerle deberes a los proveedores, a los que pidió reducir sus costes un 2% para traducir luego esa eficiencia a precios. "El mercado es más competitivo que nunca y el precio es uno de los cinco puntos, junto con la funcionalidad, la forma, la sostenibilidad y la calidad, de lo que llamamos diseño democrático, algo que tienen que tener todos nuestros productos. Es relativamente fácil lograr algunos de estos objetivos, pero es complicado lograr los cinco", señala.
Preguntado por las inversiones que IKEA hará para desarrollar todos estos planes, Elm contesta rotundo: "Cuando nos proponemos hacer algo, ponemos todos los recursos necesarios para que se cumpla. Invertiremos lo necesario para alcanzar nuestros planes".
Henrik Elm, director de Compras y Logística de IKEA, sube al escenario y empieza a lanzar mensajes. "Debemos hacer productos de más calidad"; "necesitamos llegar a más personas"; "tenemos que ser más eficientes"... Pero, sobre todo, repite una idea: "Hay que reducir costes y ofrecer precios más bajos". Si estuviéramos en otro lugar y habláramos de otra empresa, la exigencia del directivo podría hacer pensar en un público temeroso o escéptico, pero su discurso acaba en aplausos y el clima es de optimismo. Bienvenidos al encuentro anual de proveedores de IKEA.
La multinacional ha celebrado esta semana la reunión con sus socios en su sede de Älmhult (Suecia). En la sala cerca de 600 personas, representando a 175 proveedores de 32 países. Y para todos ellos IKEA no es un cliente, es el cliente. "Tienes que ofrecer costes bajos, calidad, sostenibilidad... Lo quieren todo, son muy exigentes, pero a cambio son serios y pagan con una puntualidad escandalosa para los estándares españoles", dice Jaume Burgell, director general de Fluvitex, firma española presente en el encuentro.
Empleadas de Fluvitex en la fábrica de la compañía sita en Valls. |
Fluvitex es una compañía catalana creada en 2012 por el Grupo Masías para trabajar en exclusiva con IKEA.La firma se presentó a un concurso para una fábrica de relleno de almohadas, cojines y nórdicos, y ganó. La planta, en el centro de IKEA en Valls (Tarragona), supuso una inversión de ocho millones. Cuatro años después, Fluvitex emplea a 130 personas y hace 7,5 millones de almohadas y 1,7 millones de nórdicos al año. En 2015, facturó 31,3 millones. "Hasta nos ponen nota, pero nadie te ofrece unos volúmenes como ellos", sostienen.
El volumen de pedidos es también clave para Càndid Penalba, director general dela firma valenciana Cotoblau. "Contacté con ellos hace 15 años. Les llamé, insistí y hasta que conseguí el primer pedido, un protector de colchón, pasaron tres años. Entrar en IKEA es difícil, pero el esfuerzo merece la pena. Trabajas con márgenes estrechos, pero el volumen lo hace rentable. No hay un socio mejor".
Los datos corraboran sus palabras. Cuando Cotoblau empezó a trabajar con IKEA tenía cuatro empleados y facturaba 1,2 millones; ahora son 160 personas e ingresa 24,2 millones, el 60% gracias a la firma sueca. "Trabajar con ellos te da prestigio porque significa que ofreces calidad a precios muy competitivos", señala.
SPBerner (productos de plástico), Gufresco (naranjas), Froggies (materiales educativos) o Defesa (reciclaje de papel) son otros de los cerca de 2.000 proveedores españoles de IKEA. Su dependencia de la firma es alta, al igual que ocurre con la mayoría de sus proveedores, como pudo verse esta semana en Älmhult: Aviva, una firma rumana que hace encimeras, debe el 70% de sus 70 millones de facturación a IKEA; la italiana Plastitermica, responsable de la silla Odger, factura 74,5 millones, el 85% gracias a los suecos; las ventas de la china Happy Arts & Craft, que elabora una cocina de juguete para IKEA, superan en seis veces la previsión inicial...
Los proveedores son los responsables de entre el 85% y el 90% de los productos que se venden en Ikea. El resto se produce en las 41 fábricas que la firma tiene por el mundo. Ikea Industry, como se llama la filial encargada de la producción propia, emplea a 19.000 personas y sólo fabrica aquello a lo que puede dar un valor añadido. Un ejemplo es la factoría sueca de Hultsfred, donde se hacen cada año 2,6 millones de armarios PAX con apenas 150 empleados. "Fabricar en Suecia es rentable porque estamos muy automatizados. Nuestra misión es maximizar la calidad y reducir costes cada año", señala el director de la planta.
Pero
el grueso de las ventas depende de los proveedores. La empresa los
divide en nueve zonas geográficas y 34 categorías. "No seríamos la misma
compañía sin ellos", señala Henrik Elm, que sostiene que el índice de
rotación es muy bajo: "Puede haber 40 o 50 que hayan dejado de trabajar
con nosotros, pero no es lo normal. Apostamos por relaciones a largo
plazo".
Lo que no
quita para que la competencia sea alta. "Cuando Ikea quiere lanzar un
producto, sus oficinas contactan con sus proveedores para que lancen
ofertas y compitan entre sí", dice Càndid Penalba. Cotoblau y Fluvitex
dependen de la oficina de Kaunas (Lituania) por su tipo de producto y
han logrado ya cierto estatus que les permite luchar de tú a tú por
nuevos contratos. ¿Qué hace falta para alcanzar este punto? "Hay una
parte que tiene que ver con la capacidad de la empresa, que debe cumplir
nuestros estándares, pero una vez que reúnes esos requisitos, además
tienes que ser competitivo en costes", apunta Elm. IKEA es exigente,
pero el negocio que ofrece merece el esfuerzo.El encuentro con proveedores sirvió a IKEA para lanzar varios mensajes sobre su estrategia. "2017 es un año de retos. El retail es cada vez más competitivo y tenemos que ser agresivos en nuestra política de precios bajos, algo que está en el ADN de la compañía", señaló Jesper Brodin, director de Suministro de IKEA.
La compañía, que este año debuta en India y tiene "apetito por crecer", hará "cuatro lanzamientos de impacto para la firma hasta 2020", según expuso otro de sus directivos, Peter VanDer Poel, que desgranó alguna de las líneas de su plan de negocio: renovar algunas de sus principales familias de producto, aumentar el liderazgo a través de una mayor oferta a precios más bajos o desarrollar el caudal innovador de la firma a través de la co-creación con sus proveedores.
El objetivo sobre la mesa es aumentar las ventas un 8% en el ejercicio, respecto a los 36.400 millones que Ikea facturó en su último año fiscal a través de sus casi 400 tiendas.
Por su parte, Henrik Elm, el director de Compras y Logística, fue el encargado de ponerle deberes a los proveedores, a los que pidió reducir sus costes un 2% para traducir luego esa eficiencia a precios. "El mercado es más competitivo que nunca y el precio es uno de los cinco puntos, junto con la funcionalidad, la forma, la sostenibilidad y la calidad, de lo que llamamos diseño democrático, algo que tienen que tener todos nuestros productos. Es relativamente fácil lograr algunos de estos objetivos, pero es complicado lograr los cinco", señala.
Preguntado por las inversiones que IKEA hará para desarrollar todos estos planes, Elm contesta rotundo: "Cuando nos proponemos hacer algo, ponemos todos los recursos necesarios para que se cumpla. Invertiremos lo necesario para alcanzar nuestros planes".