Ingvar Kamprad, fundador de IKEA, era uno de los hombres más ricos del mundo gracias a su imperio de muebles de diseño. Su fallecimiento ha dejado sin dueño una fortuna de 54.000 millones de euros que, en su mayoría, irá a parar a una fundación alemana, y no a las cuentas bancarias de los hijos de Kamprad.
El empresario sueco tenía cuatro hijos de sus dos matrimonios: Annika, adopatada con su primera esposa, y Peter, Jonas y Mathias,
fruto de su segunda boda. Sin embargo, tal y como apunta «Bloomberg»,
ninguno de los cuatro recibirá una cifra de doce ceros. La mayor parte
de la fortuna de Kamprad irá a parar a la Stichting Ingka Foundation, una organización germana que apoya la innovación y el diseño.
Creada por el propio Kamprad en los años 80, nunca ha estado bajo
control familiar. De hecho, los familiares del empresario tienen
totalmente prohibido pertenecer a la junta gestora.
Ingvar Kamprad creó IKEA en 1943,
cuando con apenas 17 años vendía réplicas de la mesa de cocina de su
tío. Intentando meter la mesa en su coche, se le ocurrió quitarle las
patas para poder guardarla. Una día revolucionaria que terminó en un
imperio de más de 300 tiendas repartidas por 28 países.
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