viernes, 19 de septiembre de 2014

LA DESCONOCIDA VIDA DE MATHIAS KAMPRAD, EL PRESIDENTE DE LA MULTINACIONAL SUECA IKEA

El hijo del fundador tiene 45 años, habla cinco idiomas, no cursó estudios universitarios y tiene dos hijos con una compañera de IKEA

María Fluxá, periodista del diario El Mundo, publica hoy un interesante perfil realizado desde Oslo sobre el actual presidende de IKEA, Mathias Kamprad, 45 años, hijo del fundador de la multinacional sueca, Ingvar Kamprad  nacido en 1926. Creció en Dinamarca y en Suiza, donde su padre estableció sus residencias (físicas y fiscales), habla cinco idiomas (sueco, danés, francés, inglés y alemán); trabajó en Habitat -la compañía de muebles fundada por Sir Terence Conran que perteneció a Ikano desde 1992 hasta 2009- en Reino Unido y entre 2004 y 2008 dirigió la filial de IKEA en Dinamarca, donde no lo hizo nada mal. Hoy es el CEO de la compañía. Aquí tenéis el texto.

Todo comenzó en un pueblo de Småland, al sudeste de Suecia. Fue allí donde, con sólo 17 años, Ingvar Kamprad (1926) plantó la semilla de la mayor compañía de muebles del mundo: Ikea, acrónimo formado por sus iniciales, la de la granja familiar y la de su pueblo.
La historia, en líneas generales, ya sabemos cómo sigue: basta ver las casas de medio mundo. No se sabe tanto, en cambio, sobre su fundador: la quinta fortuna del mundo y el hombre más rico de Suecia, a pesar de no haber residido en su país durante 40 años. Se sabe, eso sí, que conduce un viejo Volvo, que viaja en clase turista y que no descarta ningún cupón de descuento en el supermercado, fiel al manifiesto frugal de Ikea, que escribió en 1976.
Mathies Kamprad es padre de dos hijos.


También trascendieron en 2011 sus activos vínculos de juventud con el nazismo. Algo que calificó entonces como "el gran error de su vida". Recientemente, unos documentos desclasificados daban a entender que Ikea había financiado a la policía represora de Ceaucescu en Rumanía y en 2012 la compañía admitió haber usado prisioneros políticos de la Alemania Oriental en sus fábricas.
Reacio a dar entrevistas, son más bien rumores todo lo que trasciende sobre su vida privada, salvo que es viudo desde 2011 de su segunda esposa, Margareta Stennert, madre de sus tres hijos: Peter, Jonas y Mathias. Antes estuvo casado con Kerstin Walding con quien adoptó a una niña, Annika, que quedó fuera del negocio familiar tras firmar un acuerdo mediante el cual ella heredaría dos millones de coronas suecas, mientras que sus hermanos se quedarían con la compañía.
Así, los tres -que han heredado también de su padre su predilección por la privacidad- son multimillonarios gracias a sus participaciones -que no desvelan- en el grupo Ikano, una de las tres compañías en las que se segmenta el grupo Ikea. De este modo, Ikano, fundada en 1988, posee activos financieros, inmobiliarios y de retail; Ikea gestiona 250 superficies en 25 países e Inter Ikea Group se ocupa de las franquicias, inversiones financieras y propiedades. Éstos dos últimos conglomerados pertenecen a sendas fundaciones con sede en Liechtenstein y Países Bajos, porque a "Ingvar Kamprad (que preside una de ellas) no le interesa el dinero para el consumo personal", según explicó su portavoz personal a Bloomberg.
Pese a su supuesto poco apego al dinero, Kamprad nunca ha desistido en controlar férreamente su compañía, incluso tras renunciar a su cargo de presidente ejecutivo en los 80. Hasta el año pasado, cuando nombró a su hijo pequeño, Mathias (45), presidente de Inter Ikea Group, tras haber pasado por su junta directiva. A este grupo pertenece, por cierto, la compañía noruega InterHospitality, promotora y propietaria de los hoteles de bajo coste Moxy -conocidos como hoteles Ikea como el que se acaba de inaugurar en Milán, aunque se prevén 150 más- y que desarrolla Marriott en régimen de franquicia.
Mathias, al igual que sus hermanos, se formó en Ikea. Y él, de hecho, no fue a la universidad. Creció en Dinamarca y en Suiza, donde su padre estableció sus residencias (físicas y fiscales), habla cinco idiomas (sueco, danés, francés, inglés y alemán); trabajó en Habitat -la compañía de muebles fundada por Sir Terence Conran que perteneció a Ikano desde 1992 hasta 2009- en Reino Unido y entre 2004 y 2008 dirigió la filial de Ikea en Dinamarca, donde no lo hizo nada mal. Entonces se le empezó a considerar como el potencial CEO de la compañía, pese a haber sido la oveja negra de la familia.

De personalidad impulsiva y activa, según la periodista sueca Birgitta Forsberg, siendo muy joven se casó con una mujer mayor que él, Catrin Termén, a quien conoció trabajando en Ikea. Tuvieron dos hijos: una niña en 1990 y un niño en 1998; pero aquello terminó en divorcio, y los niños y su madre se mudaron a una granja en las afueras de Lund.
Hasta los 30 años le persiguieron los problemas con el alcohol, al igual que a su padre que se declara "alcohólico bajo control". Y poco más se sabe de su vida privada, esa que los Kamprad cuidan con celo. De discreción escandinava, Mathias sólo apareció en la prensa por las dificultades que tuvo para vender la que había sido su residencia en Pinner, al oeste de Londres: una villa de estilo tudor enteramente amueblada en Ikea. Un palacete de 25 millones de coronas no encaja en la imagen frugal de la familia, como tampoco su ático de Notting Hill adquirido en 2012 por 20 millones, pese a que el patriarca posee dos propiedades en Suecia y en Suiza, así como unos viñedos en la Provenza.
Mathias mantiene un perfil bajo, nada de entrevistas, nada de eventos sociales. Sin embargo, en el controvertido libro 'Ikea, el camino hacia el futuro', le definen como alguien "abierto, social y filosófico. Lee mucho y posee un gran interés por las discusiones profundas". Lo que no sabemos es si será verdad.

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