La periodista Marga Vázquez ha publicado en el diario Levante-emv un interesante reportaje sobre los empleados valencianos de IKEA que trabajaban en otras tiendas de la multinacional sueca en España y que ahora se incorporán a la plantilla de la tienda de Alfafar. Os dejo el texto que se puede leer en la edición digital del periódico líder en la Comunidad Valenciana. Un gran trabajo.
La gigantesca marea de aspirantes (100.000) a ocupar uno de los 400 puestos de trabajo que IKEA oferta en su tienda de Alfafar no es, ni de lejos, el único tsunami laboral provocado
por la llegada de la multinacional. Entre sus filas hay un selecto
grupo de empleados que también soñaba con pisar y ocupar ese mismo
establecimiento, con volver a la Valencia que hace años dejaron atrás en
pos de un futuro dentro del gigante sueco de la decoración y el mueble.
Para
lograrlo, muchos tuvieron que renunciar a formar un hogar, otros se
quedaron sin ver cómo crecían sus hijos salvo los fines de semana y,
otros tantos, perdieron de vista a padres, hermanos y amigos durante
meses enteros mientras aguardaban a que llegasen las siguientes
vacaciones. Son muchos y están repartidos por medio mundo, pero unos
cuantos han conseguido regresar y ahora, con una tienda por fin en la
Comunitat Valenciana, tienen al alcance de la mano lo que tanto
desearon.
Juan Manuel Gallego, Beatriz García y Enrique Bendicho
están entre ellos y se muestran exultantes por eso. Raúl Pérez comparte
su euforia porque, aunque es madrileño, tiene aquí a su novia y prefiere
ser valenciano de adopción que seguir huérfano de pareja en su ciudad
natal. Para todos, la apertura de Alfafar es una oportunidad única, el
fin (de momento) de su camino en las tiendas de Ikea.
«En
estos años me he planteado renunciar muchas veces pero para mí ésta es la mejor tienda de distribución textil y no quería
venirme a Valencia a cualquier precio. Tengo un buen trabajo y me
gusta, pero para mantenerlo tenía que estar sin mi familia. Y eso es muy
difícil», cuenta Juan Manuel.
Enrique Bendicho lleva ocho años aguardando el momento
de regresar a casa y aparcar el coche los fines de semana en vez de
emplearlos en recorrer los kilómetros de ida y vuelta que separan
Valencia de Murcia. Deja allí una hipoteca y muchos compañeros, pero
prefiere volver y trabajar en una tienda que considera suya por muchas
razones.
Ha preparado minuciosamente la distribución y diseño del
departamento de Cocinas y Oficinas de IKEA, igual que Raúl Pérez ha
hecho con la tienda de alimentación de productos suecos y Juan Manuel
Gallego con la sección de textil. Beatriz García desarrolla su
creatividad en todos los ámbitos del futuro establecimiento porque su
misión no es otra que «idear ambientes que inspiren a los clientes».
Todos coinciden en que Alfafar, además de ser «su tienda», será uno de
los establecimientos más importantes de la multinacional en España, «si
no el mejor». Dentro «hay muchas ganas y mucha ilusión, tanto entre los
novatos como entre los más veteranos».
Es un reto, y como tal lo
afrontan. «Ha costado mucho llegar aquí y no renunciar por el camino a
un trabajo que a todos nos encanta», apunta Raúl. Y parece cierto porque
aseguran «disfrutar» en y con su empleo, hablan de «oportunidades» y
defienden los valores empresariales de una firma que, dicen, les ha
«permitido crecer profesionalmente» aunque para ello hayan tenido que
renunciar a una vida personal que, ahora, pueden retomar por fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario